Ella entornó los párpados mirando su carta, no parecía preocupada, siempre igual de hermosa, con sus ojos siempre brillantes. Le miró a los ojos y sonrió. Él no sabía qué pensar, ella debía aceptar su órdago para vencer, y realmente, por un instante, parecía querer hacerlo. Pero no lo hizo.
Se lo jugó todo a una carta... y volvió perder. Era un mal jugador.
Está sonando: Skunk DF - Musa
2 comentarios:
Quién no arriesga, no gana. Esperemos que la fortuna esté de tu lado la próxima vez.
Por lo menos, nunca podrán decir que no lo intenteste, aunque ya sabes, a veces hay que perder para poder ganar ;)
En otros puertos
he atracado mi velero
y en otros cuartos
he colgado mi sombrero,
y una mañana
comprendí que a veces gana
el que pierde a una mujer...
...¿bailas?
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