And the winner is...

Tras una semana de buscar y rebuscar entre decenas de versiones y miles de líneas de código. Ayer a eso de las 21.00 horas descubrí el lugar en el que el bicho se encontraba. Mis primeros intentos para aislarlo dieron resultado a medias así que, mientras cenaba, le pasé la patata caliente a Ferminho y su (más o menos) extensa experiencia en OpenGL para que matase al bicho. Cosa que no tardó en hacer. Por esta ingente tarea de acoso y derribo me ha sido otorgado el Ballcat de oro al mejor bughunter. Que exhibo aquí orgulloso:


Espero que pronto, en vuestros terminales Android, Ballcat Quest.

PD: Tengo el blog abandonado por este y algún otro proyecto personal. Seguiremos informando.

Blogger droid

Post chorra para probar a publicar desde el móvil. De momento no tengo queja.

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Nostalgia

Hace años ya, muchos en términos humanos, descubrí de manos de crazyhorse un juego de tablero (wargame dirían ahora) llamado Battletech. Desde entonces he jugado de modo intermitente pero he disfrutado cada uno de los momentos en que lo he hecho.

El fin de semana pasado nos reunimos un grupo de amigos en mi nueva casa para echarnos unos hexágonos... bueno, realmente íbamos a jugar a algo, pero tenía la firme decisión de ponerme al mando de un robot gigante. Fueron un par de horas interesantes en las que los brazos y torsos fueron derretidos por luces estimuladas por la emisión de radiación y los misiles hicieron su agosto en las capas de metal de los pechos de los colosales gladiadores. Vamos, que me lo pasé bien.

Y parece que ahora la cosa ha cogido carrerilla. Esta mañana he encargado unas cuantas miniaturas del juego, quien yo me sé comenzará una campaña del juego en breve y a mediados de mes hay un torneo con ilustres mechwarriors en el centro de Madrid. Pinta todo muy halagüeño para haber pasado casi veinte años desde que los primeros dados empezaron a rodar por una rejilla de hexágonos.

Ojalá siga la afición otros 20 años más.