lunes, septiembre 19, 2011

Uppercut

El ring estaba preparado. Cerró los ojos y visualizó el combate, los duros meses de entrenamiento habían quedado atrás y ahora era el momento de demostrar por qué merecía la victoria, el cinturón.


Todo parecía sencillo. "Cuidado con su derecha" - escuchaba de su entrenador. "El que tiene que tener cuidado es él" - le respondía con una sonrisa mientras abría los ojos. Si he llegado hasta aquí no es para esconderme, pensaba inmediatamente después. 

Pienso atacar desde el inicio, su envergadura es mayor que la mía, pero soy mucho más ágil y además está confiado. No espera que ataque, espera que me rinda, que bese el suelo o su blanco culo, lo que para él resulte más placentero. Mírale ahí, en la esquina, como si la cosa no fuese con él. Se va a enterar éste de con quién se juega las habas.


Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la campana. Su entrenador le había estado hablando todo el tiempo pero ya no era el momento de escuchar. Sabía lo que tenía que hacer, era el momento de demostrarlo.