...que son los jóvenes. Les crias, les das todas las oportunidades, (dibujo, ballet, tenis, fútbol-sala, escuela de idiomas, manualidades, karate, conservatorio...) y luego los muy desgraciados salen vagos. Los más, con 25 años y viviendo en casa, los otros gastando todo lo que ganan, sin ahorrar ni un ápice y pidiendo dinero a nosotros los padres a final de mes cuando no llegan, que es casi siempre.
Si es que en el fondo quizá les malcriamos. La mayoría han vivido como reyes, con infinidad de juguetes, artilugios novedosos y el amor y comprensión incondicional de sus progenitores. Antes sí que era duro, desde los 18 años dejando gran parte de lo ganado en el trabajo en casa, para mantener a nuestro número ilimitado de hermanos, olvídate de salir, olvídate de seguir estudiando o de disfrutar de la vida... Oh, pero lo hacíamos, la disfrutábamos. Ahora no se esfuerzan y sólo quieren convertirse en funcionarios, vivir del cuento o trabajar lo menos posible.
¿Y los más jóvenes? Analfabetos profundos, incapaces de redactar el más mínimo texto sin cometer faltas ortográficas, sin respeto por los mayores en su vida diaria, adictos a todo tipo de sustancias ilegales y tecnologías perniciosas como internet o los móviles. Con un enorme vacío cultural y social que no les permite demostrar interés por las cosas importantes: El arte, la literatura, la política... Patéticos remedos de ser humano, egoistas y narcisistas hasta la extenuación.
(...)
A veces me olvido de lo fácil que lo tenemos y lo hemos tenido, de lo ineptos, inútiles y hedonistas que somos... Pero entonces me paro delante de una inmobiliaria y me da la risa.
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