Rabat

Rabat es una ciudad fea. O bueno, al menos la parte de Rabat que he visto hasta ahora es fea. Se nota a la legua que la capital marroquí dista bastante de ser un destino turístico preferente. Las calles y los edificios del barrio en el que resido están relativamente cuidados, cosa que se hace patente en cuanto abandono sus cercanías. El resto de lo que he visto es bastante más mediocre, no destacando en prácticamente nada.

La semana pasada paseamos por una concurrida calle de la zona VIP de la ciudad, en la que junto a las tradicionales teterías se podían ver comercios típicos en cualquier ciudad española. De hecho, al día siguiente nos volvimos a acercar para degustar unas deliciosas hamburguesas del McDonalds.

Pendiente me queda la medina (ciudad vieja) la cual, por lo que he hablado con mi compi de esta semana, es bastante más interesante que la zona moderna. Intentaré acercarme por allí en diciembre o enero si estos cabrones me dan un respiro. Esperaré hasta entonces para deciros si merece la pena acercarse por aquí si alguna vez caéis en Marruecos.

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