Ir a currar de reenganche, sin haber dormido y tras una gran juerga, es una de esas experiencias que nadie en su sano juicio debería llevar a cabo. La cabeza palpita toda la mañana y los cafés te despiertan a base de incrementar la presión intracraneal hasta límites vagamente tolerables. El rendimiento es nulo y las náuseas acompañadas de sudores fríos, malestar general y demás síntomas claramente desagradables, están a la orden del día.
Son unas horas bastante puñeteras y a muchos os parecerá que no merecen la pena... Supongo que si no me la hubiese merecido me habría ido antes a casa.
Está sonando: Mis Tripas
1 comentario:
Eso te pasa por dejarme sola y abandonada XPPPPP xPPPPP
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