For security reasons

Ocurren cosas curiosas en el búnker croata. Una fachada de ladrillo de aspecto soviético oculta en su interior las tripas de uno de los recintos de su equivalente a nuestra casa de la moneda. Allí es donde voy cada mañana tras vencer a Morfeo y desayunar un cruasán.

Para acceder al entorno de producción, se deben pasar (por el camino corto) 6 puertas blindadas a través de pasillos plagados de cámaras de vigilancia. Durante el trayecto el viajero será invitado a ceder el pasaporte, rellenar formularios y dejar en una caja de seguridad sus dispositivos electrónicos. No deja de ser extraño que, sin embargo, nos permitan llevar con nosotros en todo momento el portátil y un módem usb para conectar a internet. Tentados hemos estado más de una vez de enchufar la webcam y hacer un streaming de vídeo con las instalaciones mientras nos paseamos. Por joder.

Aquí existen controles para casi todo. Para entrar al comedor necesitas acreditarte; si bien en este caso es entendible ya que tienen una repostera profesional en la plantilla. Hasta yo, que rara vez como dulces, suelo darle unos bocados a sus tartas.

Otra de las cosas curiosas es que hay gente que no tiene el nivel de seguridad mínimo requerido para entrar en el sitio en el que trabaja. La gente de IT, por ejemplo, pueden acceder a su edificio sin problema, pero no a la sala de servidores o a la zona en la que se trabaja con los equipos informáticos actualmente en producción. Cuando te acompañan a este lugar, siempre tienes a una sombra a tus espaldas "for security reasons", como dicen sonriendo. Una vez en la puerta del sitio deben llamar para que una de las personas que utiliza nuestro sistema de verificación de pasaportes nos abra y podamos empezar a trabajar.

Supongo que con el paso del tiempo estas cosas dejarán de sorprenderme. Uno se acostumbra a las pelis de jolibud y cuando entra en los recintos que en ellas se retratan, el hecho de que no todo sea como los flims muestran, siempre sorprende. Mañana vuelvo a España, allí nos vemos.