lunes, junio 29, 2009

Música, CD's e indignación

El sábado por la tarde salí de la cueva para dar un paseo con mi bicho. Nos encaminamos a la Fnac pues ella quería comprar la nueva entrega de Kenshin y yo, como soy masoquista, pasarme por los juegos y discos.

¿Discos? Sí, quizá sea uno de los pocos gilipollas que siente cariño por los CD's; desde adolescente he mamado esa tecnología y el único vinilo que llegó a ser mío fue uno de Parchís que supongo seguirá en Galicia. Me gusta su pequeño tamaño, poder almacenarlos en torres y lo "cucos" que son sus booklet. Me gusta, también, pensar que contribuyo en cierta medida con el artista al que le compro el disco (motivo por el que compro principalmente grupos poco conocidos).

Lo que no me gusta es sentirme imbécil comprándolos. E imbécil sería si hubiese comprado los cd's que vi el sábado.

Me parece absolutamente nauseabundo que las discográficas pongan por defecto el precio del formato físico a más de 20 euros. Las ofertas casi nunca bajan de los 10 euros (venga, 9,95, 1600 ptas) que era lo que costaban los cd's más caros cuando empecé a poder permitirme comprar música. Es asqueroso que alguien que quiera descubrir a Korpiklaani de manera políticamente correcta (que no legal) tenga que desembolsar 26 (26!!!) euros en el único trabajo que tenía la banda en las bandejas.

Espectacular.

El cd está muerto, sí, lo han matado los imbéciles de las discográficas.

Está sonando:


3 comentarios:

La nuit dijo...

Es vergonzoso...

InsertCoin dijo...

Ya te digo. A mi también me gustan los cds (los vinilos me gustan de otra forma; como objeto de colección más que de uso) y compraría más de no ser por el hecho de valen una pastaca.

La única opción que nos quedan son las rebajas y la segunda mano xD.

mu dijo...

A mí me encanta mi colección de cedeses (estoy plenamente orgulloso de tener todo Queen y casi todo Pink Floyd y Bruce Springsteen), me gusta su estética y demás. Pero siento predilección por el vinilo. Su sonido, su formato, la nostalgia y el romanticimos que entrañan esos enormes discos negros, delicados y tan especialtos. Para todo lo demás, mp3.

Y sí, las discográficas son un cáncer, como tantas otras cosas...