Lo último que recuerdo es ver las puertas abriéndose para dar paso al andén; luego oscuridad con el leve destello de una barra metálica a la que pronto estuve agarrado. Noche.
-"Camina." - Me dije en un vano intento porque mis piernas me respondiesen. - "Cada segundo parado te sientes peor".
Y anduve, anduve por el andén, con los ojos abiertos en la más absoluta de las penumbras. Caído el antifaz sobre el rostro, navegando con rumbo vacilante por Aqueronte. Sintiéndome un extraño en un mundo que debiera ser conocido, careciendo de los óbolos necesarios para sobrevivir en tan ignotas aguas. Sin hallar un Caronte dispuesto a guiarme.
Sentí pánico, los segundos parecieron horas, pero al fin volvió la luz y poco a poco retornó la conciencia.
"Nunca más" - me hice prometer.
Lo he pensado... y pienso cumplirlo.
2 comentarios:
Tio, tenemos que quedar para tomar unas cañas y explicarme esto... Me preocupas... xD
Albert Camus dijo una vez: "La propia lucha para alcanzar la cima basta para llegar al corazón de un hombre". Y concluía: "Sísifo debió de ser feliz".
Disfruta del camino, no te centres en la meta.
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