En fin, niños y niñas, la guerra no es bonita, la guerra no es épica, la guerra da asco. Cada ejército necesitaba (y necesita) una línea de suministros tras ellos, normalmente en unas cantidades mucho mayores que las de la propia unidad. Campesinos, herreros, comerciantes, lacayos, prostitutas, barberos (médicos) y un largo etcétera de personajes que debían ser sostenidos durante marchas que podían durar meses. Con sus animales, sus cerdos, sus caballos, sus carros con comida, toda una masa ingente en las que no existían medidas de higiene, en el que las enfermedades hacían su agosto, los accidentes de todo tipo eran cotidianos y las letrinas brillaban por su ausencia.
Los que hayáis estado de camping en algún festival de fin de semana podéis haceros una idea aproximada de lo que sería pasar 12 horas de marcha con un petate que, en ocasiones, llevaba armadura metálica, montar las tiendas cada noche, sin saco, sin esterilla, sin ducha, sin wc (y aunque lo hubiera, caballos, cerdos y ciertos humanos no lo usarían), rodeado de miles de seres vivos en las mismas condiciones que tú y, si ya habían tenido lugar batallas, con los gemidos de dolor de trasfondo constante.
Toda una delicia.
Está sonando: Sinergy - Me, Myself, My Enemy