Hay días en los que estás tan hasta los huevos que incluso lo risueño de la gente que te rodea (particularmente la gente que te cae mal) te parece una excusa excelente para mandarlo todo al carajo, pirarte a una playa desierta, con un libro o una libreta (y una máquina manual de escribir) y no volver hasta que el ruido que te rodea esté muerto y bien muerto.
Hoy me siento así.
4 comentarios:
Espero que me dejaras acompañarte a la isla :*
Y no te olvides de la Cagi... pobrecita mía... ay...
nada como una buena sierra mecánica y una isla llena de zombis...
La sierra la podría llevar Lena montada de paquete en la Cagi mientras destrozamos zombies.
La moto podría, asimismo, disponer de cuchillas en las ruedas para segar a nuestros estupendos vecinos.
Sería una temporada mágica.
:D
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